martes, febrero 19, 2008
Complicados augurios para este mundo que tanto potencial tenía.
Al parecer cada integrante ha partido por su lado a propios mundos. Y yo encuentro aquí los restos de lo que quizás por mucho será territorio sin manda más.
Nótese que intento proseguir esta carta en el mismo lenguaje y formalidad que aquella que le precede. Como Reina, quisiera plantear mi cuestionamiento: ¿será ocupado esto alguna vez?, ¿vivirá para ver algo crearse en las tierras que hoy sólo son utilizadas para enviar misivas hablando de él, pero sin crear nada?.
Sin mucho más que decir, me despido, quizás con el deseo de que aunque sea dentro de 1 año más.. este espacio tenga por lo menos una entrada que sea como lo que potencialmente queríamos que fuera.
La Reina
Al parecer cada integrante ha partido por su lado a propios mundos. Y yo encuentro aquí los restos de lo que quizás por mucho será territorio sin manda más.
Nótese que intento proseguir esta carta en el mismo lenguaje y formalidad que aquella que le precede. Como Reina, quisiera plantear mi cuestionamiento: ¿será ocupado esto alguna vez?, ¿vivirá para ver algo crearse en las tierras que hoy sólo son utilizadas para enviar misivas hablando de él, pero sin crear nada?.
Sin mucho más que decir, me despido, quizás con el deseo de que aunque sea dentro de 1 año más.. este espacio tenga por lo menos una entrada que sea como lo que potencialmente queríamos que fuera.
La Reina
domingo, agosto 12, 2007
Prólogo
Carta del Señor de las Artes a sus lectores:
A pesar de todo lo sucedido les cuento, soñadores de mundos fantásticos, que este mundo aún no parece ni siquiera tener su piso y cielos propios. Cuando digo "propios" no me refiero que tenga uno distinto al cielo que está fuera de este mundo, si no que, sencillmente, aún no posee uno... por muy vulgar que fuera.
Y bien.
Mis queridísimos Reina y Duque no estuvieron presentes para el cargo que anteriormente poseía, del cual dimití, y por el que actualmente opto como señor de las Artes.
Y siendo yo el señor de las Artes de este mundo aún no etiquetado, y que en su posiblidad aún parece siquiera ser un mundo propiamente tal, he decidido dar las primeras pinceladas de este vasto y grandioso mundo potencialmente es.
Para no tener que caer en el cliché de los típicos mundos fantásticos, paranormales, o en casos extraordinarios, bizarros, me dedicaré cabalmente a hacer de este espacio un lugar propicio para la imaginación.
No es mi intención pasar a llevar los cargos de mis queridos Reina y Duque, pero es menester referir en esta carta las obligaciones que cada uno tiene para con este mundo y que así sean cumplidas.
Debido a que nadie ha tomado riendas del asunto, me he dado la libertad de referirme a algunos "deberes" que cada uno deberá llevar a cabo:
El Duque: Como mis queridos lectores sabrán, los Duques en tiempos oscuros eran la clase más alta de Europa, constituyéndose muchas veces como los oligarcas, o sea los encargados de dictar leyes y dicho fríamente, mandar.
En este espacio-mundo, cada promulgación estará pasada previamente por las manos del Duque, encargado de hacer valer esta ley.
La Reina: A pesar de que este espacio-mundo no se constituye aún como será el estado, es probable que no se construya en base a una monarquía "sacrílega".
Ignoro aún cual será el cargo que poseerá la Reina, pero es evidente que sí un cargo tan alto como el del Duque.
El Señor de las Artes: Quizás aquí pueda soltarme un poco más de cuáles serán mis deberes para con este espacio-mundo, y no dármelas como el de "manda más" con esta carta, para la cual les dejo en claro que no lo soy.
El Señor de las Artes es el que se referirá en gran parte a todo cuanto vale a los espacios y especies en este mundo existan (aunque eso no significa que la Reina y el Duque no puedan narrar espacios que yo aún no haya contado, por el contrario).
El Señor de las Artes se preocupará de darle vida a las Artes, como bien expresa su nombre.
Esta Carta se hará llegar tanto a mis lectores,
con una copia tanto a su Majestad la Reina, y al Duque.
A pesar de todo lo sucedido les cuento, soñadores de mundos fantásticos, que este mundo aún no parece ni siquiera tener su piso y cielos propios. Cuando digo "propios" no me refiero que tenga uno distinto al cielo que está fuera de este mundo, si no que, sencillmente, aún no posee uno... por muy vulgar que fuera.
Y bien.
Mis queridísimos Reina y Duque no estuvieron presentes para el cargo que anteriormente poseía, del cual dimití, y por el que actualmente opto como señor de las Artes.
Y siendo yo el señor de las Artes de este mundo aún no etiquetado, y que en su posiblidad aún parece siquiera ser un mundo propiamente tal, he decidido dar las primeras pinceladas de este vasto y grandioso mundo potencialmente es.
Para no tener que caer en el cliché de los típicos mundos fantásticos, paranormales, o en casos extraordinarios, bizarros, me dedicaré cabalmente a hacer de este espacio un lugar propicio para la imaginación.
No es mi intención pasar a llevar los cargos de mis queridos Reina y Duque, pero es menester referir en esta carta las obligaciones que cada uno tiene para con este mundo y que así sean cumplidas.
Debido a que nadie ha tomado riendas del asunto, me he dado la libertad de referirme a algunos "deberes" que cada uno deberá llevar a cabo:
El Duque: Como mis queridos lectores sabrán, los Duques en tiempos oscuros eran la clase más alta de Europa, constituyéndose muchas veces como los oligarcas, o sea los encargados de dictar leyes y dicho fríamente, mandar.
En este espacio-mundo, cada promulgación estará pasada previamente por las manos del Duque, encargado de hacer valer esta ley.
La Reina: A pesar de que este espacio-mundo no se constituye aún como será el estado, es probable que no se construya en base a una monarquía "sacrílega".
Ignoro aún cual será el cargo que poseerá la Reina, pero es evidente que sí un cargo tan alto como el del Duque.
El Señor de las Artes: Quizás aquí pueda soltarme un poco más de cuáles serán mis deberes para con este espacio-mundo, y no dármelas como el de "manda más" con esta carta, para la cual les dejo en claro que no lo soy.
El Señor de las Artes es el que se referirá en gran parte a todo cuanto vale a los espacios y especies en este mundo existan (aunque eso no significa que la Reina y el Duque no puedan narrar espacios que yo aún no haya contado, por el contrario).
El Señor de las Artes se preocupará de darle vida a las Artes, como bien expresa su nombre.
Esta Carta se hará llegar tanto a mis lectores,
con una copia tanto a su Majestad la Reina, y al Duque.
El Nuevo Espacio-mundo~ | Plantilla por Plantishas para Blogger
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